La nevera es un electrodoméstico perteneciente a la línea
blanca común en todos los hogares del mundo, para mantener los alimentos en
buen estado y evitar su descomposición. ¿Qué fuera de nuestras vidas sin la
creación de este equipo? Tal vez, tendríamos que hacer las compras diariamente
ocupando gran parte de nuestro tiempo en
visitar supermercados o mercados populares, algo impensable ¡una locura!
sin duda alguna.
Gracias a Charles Tellier, ingeniero francés creador de tan ingenioso invento, tenemos a disposición
un equipo imprescindible en la cocina para hacer nuestra vida más práctica y
menos compleja. Sin embargo, existen casos de neveras que con el tiempo sufren
algún tipo de fallas, de manera que dejan de enfriar o enfrían tanto que
congelan todos los alimentos.
Es muy probable que hayas tenido un problema similar con tu
nevera y no supiste encontrar la solución. Para saber un diagnostico con
exactitud es necesario conocer las funciones del termostato y las fallas que
este puede originar en la nevera, a fin de determinar la avería partiendo de la
revisión del repuesto más importante del equipo.
El termostato está encargado de controlar el compresor
regulando la temperatura de forma automática en el interior de la nevera entre
2 y 6 °C, y en el compartimiento extra, que llamamos freezer o congelador, a
una temperatura de -16 a -18 °C. Con este dispositivo la persona podrá manejar
la temperatura a su necesidad, es decir, bajará o aumentará la temperatura
según los productos que se encuentren dentro de la nevera.
Posibles fallas
Congelación de los alimentos
Cuando te percatas que la nevera está enfriando a una
temperatura muy baja y en consecuencia tienes la mayoría de los alimentos
congelados, es posible que la perilla se encuentre marcando una temperatura
incorrecta y el compresor siga trabajando sin parar. Si verificas y te das
cuenta del error, deberás modificarlo a la brevedad posible. Es necesario que
los alimentos o productos que se encuentren en la nevera no hagan contacto con
el termostato, de manera que no puedan cambiar el curso de la temperatura.
Incluso existen casos que los niños o familiares en casa accidentalmente tocan
la perilla y desconfiguran el termostato.
No enfría la nevera
Cuando notas que la nevera no tiene la temperatura acorde
para mantener los alimentos en buen estado, y te das cuenta que girando la
perilla del termostato a su máximo nivel de enfriamiento el compresor o el
motor no suena, seguramente la falla proviene del termostato. Si por el
contrario graduas la temperatura y el compresor se escucha normal, el problema
pudiese estar en el poco suministro de gas refrigerante que se encuentran en
los tubos condensadores que posee la nevera.
Falla de corriente
Para realizar este paso debes desmontar la carcasa donde se
encuentra el termostato sin desenchufarlo de la nevera, y tener un polímetro o
tester para medir la corriente del mismo. Este dispositivo trabaja con
electricidad, abriendo y cerrando el paso de corriente al motor regulando la
temperatura que posea el interior de la nevera. Cuando hayas retirado la
carcasa, asegúrate que los cables estén dentro de los terminales, luego
comprueba con el tester que haya corriente en cada uno. (Si no tienes
adiestramiento con el manejo de esta herramienta es necesario que llames a una
persona cualificada para el trabajo)
De este modo verificamos si el dispositivo posee alguna
falla con el mecanismo interno. En caso que tenga la falla lo más recomendable
sería comprar uno nuevo para sustituirlo.
Daño a otros equipos
En caso de tener inconvenientes con la temperatura de la
nevera a consecuencia del termostato, no dejes pasar el tiempo. Esperar puede
acarrear problemas mayores si no lo cambias pronto. Cuando el compresor trabaja
de manera continua sin el descanso programado que le suministra el termostato,
este sufre un recalentamiento causando la paralización absoluta de sus
funciones. Por lo tanto tendrás que hacer un gasto mayor comprando dos repuesto
en vez de uno, con el fin de arreglar la falla de la nevera.
Es necesario mantener la nevera con un buen funcionamiento y
lograr que todas sus piezas estén en un estado óptimo para evitar malestares.
Sin embargo, en ocasiones se olvida hacer un mantenimiento oportuno o no
estamos acostumbrados a llamar a un técnico para una revisión periódica, a
menos que se presente un percance.
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